sábado, 2 de mayo de 2009

La Bélgica verde.




En un territorio reducido como el belga, el hombre se ha visto obligado a disputar tenazmente el espacio a la naturaleza. Eso explica la escasez de fauna silvestre de este país, muy abundante sin embargo en el pasado. Aún así, el manto vegetal en Bélgica es exuberante. Está constituido en gran parte por extensos bosques a los que favorece la humedad del clima, la abundancia de aguas superficiales y la fertilidad del terreno. Hoy vamos a conocer un poco más sobre la Bélgica verde.



Una altísima densidad demográfica y una notable ocupación del territorio caracterizan al país belga. Aún así, Bélgica cuenta con regiones de gran interés desde el punto de vista ecológico, como la boscosa región de las Ardenas, atravesada por multitud de ríos y rica en fauna y flora, y naturalmente la costa: 65 kilómetros de playas arenosas que descienden suavemente hacia el Mar del Norte. No faltan humedales de gran importancia, como los que flanquean el río Mosa, en la frontera con Holanda, zonas todas ellas en las que se concentra el esfuerzo de organizaciones como el WWF belga, cuya actividad se centra en la conservación de la biodiversidad y la protección de las especies amenazadas.

La Reserva Natural de Blankaart, de 72 hectáreas, se encuentra al oeste del país, entre Ypres y Dixmunde. La vegetación de la reserva se caracteriza por cañaverales y sauces. Abundan las garzas reales, los patos y las limícolas. Se puede visitar durante todo el año. Otra Reserva mucho más pequeña, de apenas 10 hectáreas, es la Reserva Natural De Zegge, situada en el extremo oriental del país, cerca de Herentals. Es propiedad de la Real Sociedad Zoológica de Amberes. Domina su paisaje una turbera recubierta de árboles, en su mayoría sauces. Pero también cuenta con interesantes plantas acuáticas, como nenúfares, y con varias especies de orquidáceas. Aquí reside el pechiazul, bastante raro en Bélgica. Se puede visitar todo el año, pero sólo en grupos organizados.



El Parque Natural de las Hautes Fagners-Eifel está en la provincia de Lieja y limita con el parque alemán de Nordeifel, cubriendo unas 70.000 hectáreas. Comprende la Reserva Natural de las Hautes Fagnes y la Reserva Natural de Rurbusch. Alberga un bosque seminatural de hayas, encinas y abetos rojos. Están presentes las principales especies de ungulados de las zonas continentales europeas, como el corzo, el ciervo y el jabalí. También son comunes el zorro y el gato montés, pero éste último es muy difícil de ver. Completan el cuadro los pájaros carpinteros, sobre todo en los bosques de coníferas y los búhos y las lechuzas. Se accede desde las ciudades de Malmedy y Verviers.

La Reserva Natural de Westhoeck, de 340 hectáreas, junto a la frontera francesa, es una zona costera protegida. Ocupa una estrecha zona de la franja costera arenosa y la caracterizan sus dunas, de entre 150 y 250 metros de anchura. Entre las plantas destacan el sauce y la olivia espinosa. En las aguas muertas detrás de las dunas crecen algunas raras orquidáceas. En los márgenes arenosos viven el chorlito. Se accede desde la ciudad de Da Panne y hay visitas guiadas por rutas preestablecidas.

A unos 20 kilómetros de Brujas, cerca de Knokke-Heist, se extienden las 150 hectáreas de la Reserva Natural de Zwin. Se trata de una zona húmeda constituida por una laguna salobre, canales y charcas en el delta de los ríos Mosa, Escalda y Rhin. La vegetación presenta salicores, limonios y suedas. Entre las aves destacan varias especies de limícolas y de otras aves acuáticas, especialmente becadas de mar, golondrinas y avocetas. Hay visitas guiadas por rutas preestablecidas.

Así pues, a pesar del reducido territorio de Bélgica, ya veis cómo también hay un amplio espacio en donde predomina la vegetación y la naturaleza.

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